El conflicto suscitado en la ciudad de Libertador
General San Martín, en el que cuatro personas murieron y más de treinta
resultaron heridas, destapó una realidad latente: en Jujuy manda
Ledesma. En la provincia, el ingenio azucarero más grande de
Latinoamérica no sólo pisa fuerte en materia económica: los Blaquier
fueron cómplices de la dictadura y tienen sitiados los territorios de
comunidades Ava Guaraníes.
“El poder come miedo. Sin los demonios que crea, perdería sus fuentes de
justificación, impunidad y fortuna”, escribió alguna vez Eduardo
Galeano. La familia Blaquier, dueña de la empresa Ledesma, somete desde
hace décadas a un pueblo entero a la represión, al horror y a la
contaminación.
El pasado 28 de julio, como consecuencia de una brutal
represión, cuatro personas murieron –Félix Reyes (21), Ariel Farfán
(17), Juan José Velázquez (37) y Alejandro Farfán (22, su abuela era
referente de la comunidad Guaraní de Fraile Pintado) - y más de treinta
resultaron heridas, en el marco de un desalojo territorial. Fue la
forma que encontró el poder para perpetuarse, para sembrar el miedo
entre las personas que reclaman en la ciudad de Libertador General San
Martín, en la Provincia de Jujuy, por uno de los derechos humanos más
básicos: el derecho a una vivienda digna.
El conflicto se produjo a partir de la orden, emitida por el
Juez del Juzgado de Instrucción en lo Penal Nº 6, Dr. Jorge Osvaldo
Samman, para desalojar a un grupo de 700 familias que ocupaban una
parcela de 15 hectáreas -de las 135mil que la familia Blaquier posee en
la provincia-. La policía jujeña llegó al lugar alrededor de las seis
de la mañana y llevó adelante la disposición judicial de manera
violenta frente la resistencia de las familias que allí se encontraban.
Según estadísticas de la Municipalidad de Libertador San Martín
al menos el 10% de la población vive en emergencia habitacional.
Quienes reclaman por sus tierras son, además de integrantes del
movimiento Corriente Clasista Combativa (CCC) y familias de la policía
local, miembros del pueblo Ava Guaraní. Por ello, la medida judicial
impulsada por el juez Samman viola la Ley Nº 26.160 de Emergencia
Territorial que establece en su artículo 2: “Suspéndase por el plazo de
la emergencia declarada [hasta noviembre de 2013], la ejecución de
sentencias, actos procesales o administrativos, cuyo objeto sea el
desalojo o desocupación de las tierras”.
Luego de tres años de conflicto por estas tierras y de la
promesa incumplida por parte de Ledesma de ceder 20 hectáreas que
serían destinadas a la construcción de viviendas para las familias que
viven en situación de emergencia habitacional, los vecinos de
Libertador San Martín continúan sin respuestas y el poder político y
judicial continúa dando indicios de su parcialidad a favor de los
intereses de la familia Blaquier.
Plata Dulce
El director del Ingenio azucarero se llama Carlos Pedro
Blaquier, es un abogado e historiador erudito que llegó a este puesto
en la empresa, 41 años atrás, tras casarse con la única hija de
Herminio Arrieta, dueño original de Ledesma.
El grupo económico posee, además de las 135 mil hectáreas en la
provincia de Jujuy -de las cuales 40mil están sembradas con caña de
azúcar-, fábricas de alcohol, bioetanol, celulosa, papel, empaques y
procesamiento de frutas, y plantaciones de cítricos y paltas. También, a
la extensa lista se suma la compañía Glocovil, una planta de molienda
húmeda de maíz, y establecimientos dedicados a la producción de carne y
soja transgénica. En el pasado, Blaquier incursionó en la explotación
de petróleo y gas en sociedad con Repsol y Petrobrás.
Según el Estado Contable presentado por la empresa en su página
web, la facturación de Ledesma osciló entre los $1500 y $2000 millones
en el período comprendido entre mayo de 2009 y mayo de 2010.
En Libertador General San Martín los Blaquier son dueños del 80%
del territorio, tal como lo definió José María Leiva, militante de la
Corriente Clasista Combativa (CCC): “Adonde mires es de Ledesma”2. Por
su parte, en su sitio web la empresa afirma: “Ledesma procura alinear
su crecimiento económico con el progreso social y el cuidado del medio
ambiente. Este alineamiento forma parte de su estilo de hacer negocios y
es la esencia de su Responsabilidad Social”3.
Comunidades sin territorio
“Dada la emergencia habitacional en la cual vive la ciudad de Libertador
General San Martín, puesto que esta está sitiada, está cercada por 200
mil hectáreas de tierra propiedad de los Blaquier, los dueños del
Ingenio, con 40mil hectáreas sembradas de caña de azúcar, bueno esta
empresa no genera la fuerza laboral que ellos promocionan, que dicen
que dan fuente de trabajo, hay una alta tasa de desocupación”, dice
Oscar Delgado, integrante del movimiento Centro de Acción Popular Olga
Márquez de Aredez (CAPOMA).
Además, Delgado agregó: “Las comunidades guaraníes son comunidades sin
territorio, que le ha sido arrebatado por este Ingenio justamente y
hoy están en un proceso de organización y reclamo de devolución de sus
tierras porque es lo que les han quitado y encima sus padres y sus
abuelos son quienes forjaron la riqueza de estos ingenios, ellos
forjaron estos pueblos, muriendo en esos campos, muriendo en el
trabajo, muriendo perseguidos por los capataces, por los matones a
sueldo de las represiones de los años ’40, ’50 y después las
desapariciones y torturas ya en los años ’70, en época de la Dictadura
Militar, que fue apoyada por la familia Blaquier”.
“El Apagón del terror”
La noche del 20 de julio de 1976, cuando las Fuerzas Armadas estaban a
cargo de la presidencia de la Argentina, las luces se cortaron en
Libertador General San Martín. El apagón no fue un accidente, sino que
fue parte de un plan siniestro que llevaron a cabo los militares y la
policía, con la complicidad y ayuda de los capataces de la empresa
Ledesma. Esa noche fueron allanadas y saqueadas viviendas y, al
finalizar el operativo, cuatrocientos habitantes fueron trasladados
hacia centros de detención (entre ellos galpones de mantenimiento de la
propia azucarera) por vehículos del Ingenio.
Treinta personas de las cuatrocientas que fueron secuestradas esa
noche aún hoy continúan desaparecidas. Entre ellos, el por entonces
Intendente de la ciudad (elegido en 1973), el Dr. Luis Aredez, médico
de los trabajadores de Ledesma, quién, al estar al mando de la ciudad,
intentó que por primera vez en su historia la empresa pagara impuestos.
Nunca más fue encontrado. Su esposa se transformó en la primera mujer
en ponerse el pañuelo blanco y caminar por la plaza de Libertador San
Martín en busca de respuestas.
A causa de la lucha llevada adelante por la mujer del desaparecido
intendente, se conformó el CAPOMA, una de las organizaciones que luchan
en la ciudad por esclarecer los hechos que se dieron durante la
Dictadura y por soluciones en cuanto al problema habitacional.
En el año 2005, Olga Márquez de Aredez moría en Libertador General San
Martín víctima de una enfermedad llamada bagazosis, producida por el
bagazo, el desecho de la caña de azúcar que los habitantes de la ciudad
aspiran durante toda su vida.
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