Luego del arrastre que tuvo la contundente victoria de la
presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el Frente para la Victoria aumentará
de 87 a 132 el número de sus representantes en la Cámara de Diputados, y de 37
a 38 en el caso del Senado.
Este poder parlamentario le permitirá debatir leyes con
mayor facilidad, ya que en la Cámara de Diputados, que cuenta con 257 curules
sólo se necesita la presencia de 129 legisladores para contar con el quórum
necesario que permita iniciar las sesiones.
En la Cámara Baja, en donde hay un total de 72 escaños,
bastan 37 senadores para declarar abierto el recinto y someter a votación los
proyectos propuestos.
De esta manera, el gobierno revierte la dura derrota sufrida
en las elecciones legislativas de 2009, cuando perdió la mayoría legislativa
con un fracaso que incluyó al fallecido ex presidente Néstor Kirchner en su
candidatura a diputado.
El actual y el futuro Congreso se diferenciarán no solamente
por la mayoría oficialista en ambas cámaras, sino por una marcada renovación de
personalidades, ya que en las elecciones de 2007 el Parlamento estuvo copado
por precandidatos presidenciales.
Las figuras políticas que amenazaban el poderío kirchnerista
estaban en las Cámaras, pero todas se fueron desdibujando hasta desaparecer
casi por completo al carecer de la legitimación que otorgan los votos.
Ahora ninguno de ellos estará en el nuevo Congreso que
iniciará funciones el próximo 10 de diciembre, lo que abrirá la puerta a nuevas
figuras políticas que lograron un escaño legislativo por primera vez en su
vida, principalmente por parte del oficialismo.
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